miércoles, 12 de octubre de 2011

A LA HORCA CON 14 AÑOS






ADOLESCENTE DE 14 AÑOS CONDENADO A LA HORCA,
 VICTOR HUGO Y "EL ULTINO DIA DE UN CONDENADO A MUERTE".

Por Javier Morelos Dávila




 Esta semana conocimos de Alphonse Kenyi, es un chico de 15 años. Cuando tenía 14 fue condenado a la horca por asesinato múltiple. Desde octubre del 2009 él espera su condena a muerte en la prisión de Juba capital de Sudán del Sur según revela un informe de José Miguel Calatayud en el diario "El País"de España*. Lo señalaron como miembro de una pandilla que iba por distintas localidades matando gente: eran los llamados ‘niggers’. La policía entró un día a su casa y al ver el uniforme de su madre quien se gana la vida trabajando en el Servicio de Protección de la Vida Salvaje, lo confundieron y pensaron que el joven pertenecía al grupo de asesinos. Él da el siguiente testimonio: "En la comisaría, los policías usaron cuchillas de afeitar y agujas, me decían que confesara, pero yo nunca admití nada. Me metían la aguja entre la carne y la uña, haciéndome mucho daño, y luego rompían la uña con la cuchilla". Sudan del sur es una república que recientemente ha obtenido su independencia, apenas el pasado 9 de julio de este año (2011), por lo que el medio centenar de condenados a muerte en la prisión de Juba, incluido el adolescente Alphonse a quien han colocado grilletes en los tobillos, tienen la esperanza de que las nuevas autoridades les perdone tan terrible condena.




Víctor Hugo , el gran escritor, político y humanista francés, autor de "Los Miserables", declaró: "-allí donde se prodiga la pena de muerte, la barbarie domina; allí donde raras veces se aplica, reina la civilización-". En el año 1848 es diputado y durante la redacción de la Constitución por la Asamblea Constituyente de la Segunda República, defiende una enmienda (que será derrotada) para introducir la derogación total de la pena de muerte. En 1855, desterrado en Inglaterra por oponerse a Napoleón III("El pequeño"), dirige un escrito a la reina de Inglaterra en protesta por la ejecución de un asesino, esto le cuesta la expulsión de Yérsey y se traslada entonces con toda su familia a la isla vecina de Guernesey. Durante toda su vida se pronunciaría contra la pena capital.

Alphonse Kenyi

El Ultimo Día de un Condenado a Muerte

. Víctor Hugo fue hijo del Comandante Leopold Hugo, desde muy chico queda seriamente impresionado con el espectáculo del traslado de los condenados a muerte y se convence de que dicha pena no contribuye a disminuir la incidencia de los delitos que intenta combatir y de que es un exceso cruel en contra del condenado. En 1829 a la edad de 25 años ya era conocido en el ambiente literario parisino y publica con la intención de aportar al debate sobre la pena de muerte "El Ultimo Día de un Condenado a Muerte", la primera edición aparecería sin el nombre del autor pues este pretendía que el texto pasara por el autentico manuscrito de un condenado a la pena capital, así sería mas eficaz en su objetivo. En posteriores ediciones ya reconociendo su autoría incluye un prólogo donde responde y ridiculiza a los críticos de su obra partidarios de la guillotina.




"El Ultimo Día de un Condenado a Muerte" relata las vivencias de un hombre que está a punto de ser ejecutado, trama que sirve para cuestionar la eficacia de dicha pena, por ejemplo en su intención de servir de ejemplo para los demás; tampoco le da el valor de producir el arrepentimiento pues en el pensamiento del condenado sólo circunda una idea, la de su ejecución; "-Mi cuerpo esta encadenado en un calabozo; mi mente, en una idea, en una sangrienta e implacable idea. Sólo tengo un pensamiento, una convicción, una certidumbre: ¡estoy condenado a muerte!", expresa en el capitulo I y en el XXXIV: "En estos momentos supremos en los que me refugio en mis recuerdos, vuelvo a ver mi crimen y me horrorizo, pero quisiera estar más arrepentido. Tenía más remordimientos antes de que me condenaran; después, es como si ya sólo hubiera lugar para pensar en la muerte" . Lejos de recobrar su humanidad, el criminal queda degradado por la dureza y la soledad de la cárcel, reducido a la condición de mero objeto. Un detalle notable de esta trama es que nunca conocemos el nombre del condenado ni su delito del que sólo se refiere fueron "-hechos de sangre-".La obra denuncia también la ineficacia del sistema judicial y penal, que se pone de manifiesto en la actitud de los magistrados durante el juicio, en la tramitación lenta y burocrática de la apelación y en la actitud indiferente y fría, cuando no brutal, de todos los funcionarios, desde el ujier del tribunal hasta los carceleros. De manera similar se comportan los dos sacerdotes de la prisión, incapaces de proporcionar consuelo humano y espiritual, y cuya aparición contiene cierta crítica al clero. En realidad, toda la sociedad es responsable. Así lo demuestra la presencia de la multitud en la ejecución, con su actitud indiferente y morbosa. Y, más que la sociedad, lo es el sistema político-social, que condena a una parte de la población a la miseria, la empuja así a la delincuencia y no le ofrece luego ninguna posibilidad de reinserción.






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http://www.elpais.com/articulo/reportajes/horca/anos/elpepusocdmg/20111002elpdmgrep_1/Tes

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