miércoles, 11 de julio de 2012

¿CUÁLES SON LOS VOTOS COMPRADOS?


Conocidos los resultados de la elección verificada en nuestro país el pasado 1o de julio, mismos que motivaron la inconformidad del candidato a la presidencia de la república Andrés Manuel López Obrador, quien afirma que dichos resultados son producto de la compra de votos por parte del PRI, por lo que ha manifestado junto con sus simpatizantes que la elección no fue equitativa ni legal y por lo mismo solicitará su nulidad. Me permito hacer las siguientes reflexiones:

En primer lugar cuál es la capacidad de discernir que reflejan los ciudadanos mexicanos a los candidatos toda vez que dirigen sus esfuerzos a la manipulación de las emociones de los electores, la denostación del contrario y desde luego a la compra del voto disfrazada de regalos que van desde calcomanías, playeras, gorras, juguetes, encendedores, llaveros, despensas, materiales para la construcción, etcétera. Los eventos de campaña muchas veces más que ser encuentros con la ciudadanía para dar a conocer propuestas son auténticos pachangones con grupos musicales,magos, payasos, luchadores, cómicos y otros espectáculos acompañados con carnitas, tamales, tostadas, hot dogs, y otras suculencias más bebidas de toda clase y un breve mensaje político. En la pasada campaña por mi calle pasó un vehículo con sendos altavoces invitando a cierre de campaña de uno de los candidatos ofreciendo que estarían el grupo “x” y el espectáculo “y”, quien quisiera asistir podría hacerlo abordando el camión que estaría esperándolo en un cruce de calles cercano, pero del mensaje del candidato no se hizo mención alguna. Y sin embargo la ley electoral no prohíbe que se le den agasajos y regalos a los votantes. Es más el hecho de que el ciudadano los reciba no le compromete a votar por alguien en particular. Más aún los mismos candidatos, no solo en esta elección sino también en anteriores, alertan a los ciudadanos y en la comprensión de que una despensa o un bulto de cemento o láminas o cualquier otro regalo puede ser demasiado tentador en un país con un pueblo con tantas carencias nos recomiendan: “reciban lo que les dan pero voten por el que quieran”. Y todavía más los institutos electorales y la FEPADE (Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales), al parecer más juiciosos que los candidatos, difundieron profusamente mensajes a través de todos los medios de comunicación conminándonos a denunciar el intento de compra o coacción al voto. Unido todo esto a que nadie mas que cada uno de nosotros vio por quien votamos, hasta el momento no se ha argumentado convincentemente lo contrario, y que se ha aceptado como satisfactorio el trabajo realizado en las casillas y en los consejos electorales, se puede asumir que, habiendo recibido prebenda alguna o no, los ciudadanos que votaron lo hicieron por quien quisieron. Desde luego que esto no debe disculpar de ninguna manera el dispendio que se presume se efectuó, así que me pronuncio por que se investigue y en caso de encontrarse responsabilidad alguna en candidatos y/o partidos se sancione lo mas severamente posible.

Aunque es altamente probable que los regalos de todo tipo que hayan servido para orientar algunos votos no explica el resultado de la elección, pues estas prácticas son comunes en todos los partidos, la realidad es que no se presentó un proyecto con que se identificaran claramente la mayoría de los mexicanos, se sobre-explotó el sentimiento de enojo y frustración de un pueblo ávido de justicia social y desesperanzado; un pueblo al que la democracia electoral no le ha resuelto sus profundas necesidades y que antes al contrario se enfrenta con mayor pobreza, inseguridad y miedo. Se voto por “el menos malo”; “por que estos no sirvieron”; “por que ya probamos con los otros y ora vamos a darle la oportunidad a este”. Eso es lo que reflejaron.

Las soluciones para una ciudadanía que desea vivir con dignidad no se vieron suficientemente en el proceso electoral. Quienes encabezaran al Estado Mexicano deben tomarlo en cuenta.

miércoles, 4 de julio de 2012

PASÓ LA ELECCIÓN, ¿QUÉ TANTO RESOLVERÁ?


Pasada la euforia generada por el enorme aparato mediático que acompañó al recientemente pasado proceso electoral cabe hacer la reflexión de si el resultado de éste se traducirá en bienestar para el pueblo de México o si se trata de la renovación de las caras y los colores del sistema para que los beneficiarios de este no encaren cambios abruptos en el entorno de sus intereses. La inconformidad de la mayoría de los mexicanos, principalmente motivada por las limitaciones económicas y la inseguridad anunciaba ya que el régimen sería rechazado por los electores en las urnas. Así se presentaba harto difícil que el Partido Acción Nacional (PAN) alcanzara por tercera vez la presidencia de la República aún postulando para esa posición por primera vez en ese partido a una mujer, Josefina Vázquez Mota. Ante tal expectativa los grupos de poder y los partidos políticos con registro ante el Instituto Federal Electoral (IFE) impulsaron sus candidatos para el relevo, finalmente contenderían contra el partido en el poder Enrique Peña Nieto, quien ya tenía prácticamente seis años en campaña y Andrés Manuel López Obrador con doce años promoviendo su imagen y contendiendo por segunda vez para presidente de México. Se incorporaría tardíamente por un desencuentro de alianzas Gabriel Cuadri de la Torre. Todos ellos con un común denominador, estar de acuerdo en mayor o menor medida con la política económica que ha venido aplicando el Gobierno Federal, ofrecer Garantías a los principales propietarios y grupos de inversionistas que actúan en México, así como las mejores relaciones con el gobierno norteamericano; así se desprende de los programas que publicaron y sus declaraciones en campaña. Anoto que aunque López Obrador se pronunció en contra de mayor inversión de capital privado en Petróleos Mexicanos (PEMEX) se mostró muy coincidente con la política monetaria y el sistema financiero así se entiende tanto de sus declaraciones en encuentros con banqueros y otros grupos involucrados con el tema como de su programa.

Entendido así podemos concluir que la competencia por la presidencia de México no representó nunca la posibilidad de afectar seriamente la estructura económica ni a los poderes fácticos, quienes se encuentran de plácemes por el ejercicio electoral. Los cuatro candidatos se manifestaron por combatir la pobreza, generar empleos y mejores condiciones de vida para los ciudadanos, eso sí, sin que implicara demerito de los intereses anteriormente descritos; pronunciándose por que el cuidado de unos
generaría en bienestar de los otros. ¿Será esto posible?. Sus campañas masivas se enfocaron hacia las emociones del electorado y se convirtieron en: la maternal y enérgica Josefina, el paternal y amoroso Amlo, el exitoso y comprometido amigo Enrique y el jovial Cuadri, mas avanzado el proceso y en el cruce de ataques fueron: el incumplido Enrique, el peligroso y demencial Amlo, la inconsistente Chepina y Cuadri el hijo de Elba Esther.

Al calor de las campañas que se convirtieron en un gran fenómeno mediático surgió un movimiento impulsado visiblemente por jóvenes estudiantes, “Yo soy 132”, quienes en un primer momento exigieron la “democratización” de los medios de comunicación y posteriormente se pronunciaron en contra del candidato, y hoy presunto ganador de la elección presidencial, Enrique Peña Nieto. Aunque ellos declaran abiertamente que son independientes y que nadie los manipula, y yo creo en su palabra, me resulta por lo menos poco meditada y algo ingenua la petición, toda vez que la naturaleza empresarial de la gran mayoría de los medios de comunicación no le obliga a un comportamiento democrático, si se entiende por democracia la forma de organización de grupo donde el poder reside en la totalidad de sus miembros y tiene como objetivo su bienestar haciendo que la toma de decisiones respondan al interés del colectivo, habría que especificar si la democratización afectaría al colectivo de cada medio en particular; al colectivo de miembros de todos los medios de comunicación; o conceptualizar a los medios como parte del colectivo nacional lo cual les obligaría no sólo a su manera de conducirse en las elecciones sino a muchas otras cosas como los contenidos que publican, la repartición de los beneficios económico que generan y muchas mas que implicarían no solo un cambio en los medios sino en el sistema. Sin embargo entiendo perfectamente que el objetivo perseguido es mayor objetividad e imparcialidad en lo que informan, particularmente en lo que respecta a las elecciones y utilizan la palabra “democratizar” pues porque suena muy bien. Por otra parte se pronunciaron en contra del candidato Peña Nieto por que “representa el regreso de autoritarismo de los regímenes priistas” con lo cual se puede estar de acuerdo o no dependiendo del análisis histórico y de la realidad contemporánea que cada quien haga; sin embargo me extraña que protestando contra la posibilidad del “retorno del autoritarismo” no protesten con igual energía contra los rasgos de autoritarismo del actual régimen que pasan desde el aumento de denuncias de atropellos a los derechos humanos que se han generado por la “guerra contra el crimen organizado” , los asesinatos de periodistas que ya sitúan a nuestro país como “el octavo lugar en el mundo de aquellos países en donde los periodistas son asesinados en forma recurrente y en el cual los gobiernos han fracasado en su intento por enjuiciar a los culpables” (según el reporte elaborado por Comité para Protección de los Periodistas -CPJ, por sus siglas en inglés-) o las condiciones de miedo y zozobra que viven las comunidades donde la autoridad no garantiza seguridad suficiente a los ciudadanos.

La elección resultó lo que se esperaba de ella; la apariencia de la renovación para que los beneficiarios del sistema cuenten con las herramientas que les sirvan a sus propósitos, que no son los de la mayoría de los mexicanos. Pues la perspectiva es compleja para la clase trabajadora. “Las Reformas que México necesita” como han dado en llamar al paquete de cambios que requiere el Capital, principalmente transnacional, para sobre-explotar los recursos naturales y a la clase trabajadora mexicana; no son otra cosa que la des-regulación de las relaciones laborales para reducirles derechos a los trabajadores, entrega de industrias estratégicas al capital privado principalmente PEMEX y la Comisión Federal de Electricidad, acotar y desaparecer partidos políticos que aún con sus limitaciones y contradicciones son una escuela de política para los ciudadanos, sobre-representación de diputados y cenadores con el fin de tener mayor control sobre el aparato legislativo y otras siempre tendientes a favorecer los intereses del capital y las clases privilegiadas.

Una cosa hay que rescatar, el entusiasmo con que participaron los ciudadanos producto de su preocupación por los problemas presentes y por cambiar el futuro. Hay que seguir participando. No confortarse con -Los felicito por “la gran participación ciudadana” y en tres años les hablo-. Es nuestra responsabilidad transformarnos en ciudadanos de primera; exigir día a día el respeto a nuestros derechos y organizarnos para luchar por nuestros intereses. En el barrio, en la escuela, en el sindicato, en el partido político (en cualquiera quede verdad creas que te represente), en el servicio público. Pero participando; la democracia no es solo elecciones, la democracia es “el constante mejoramiento del nivel de vida del pueblo” y solo se logra participando, exigiendo, organizándose. La Democracia tiene que ser una conquista colectiva.