Por Javier Morelos Dávila
Los constructores de catedrales y castillos en la Europa de la Edad Media se habían organizado en gremios lo que les permitió mayor eficacia y seguridad para sus miembros. Estos constructores, llamados masones, eran requeridos en puntos distantes para prestar sus servicios; es decir, en aquella época en que la gran mayoría de los europeos nacían, vivían y morían en su comunidad con mínima y distorsionada información del resto del mundo, estos trabajadores especialistas en tallado de piedra y otras habilidades necesarias para la Arquitectura Gótica tenían el privilegio de “conocer Mundo”. Viajaban y tenían que permanecer en el sitio donde se erigía una catedral, por ejemplo, durante varios años. Crearon normas de convivencia y claves secretas que les permitían su identificación, así si llegaba un nuevo obrero a la obra y tenía algún nivel de especialidad se identificaba con el maestro de diciendo alguna palabra secreta y evitaba ser tomado por aprendiz además de recibir mejor salario. El hombre de la Europa Medieval tenía una relación muy estrecha con el pensamiento mágico y la religión, toda vez que la religión dominante era la católica estos masones recrearon a partir del relato bíblico del Templo de Salomón (construcción cuyas características están especificadas minuciosamente en dicho texto) una identidad con Dios, así surgió la leyenda de Hiram Abif también conocido como El hijo de la viuda.
Cuenta la leyenda que Hiram Abif conocía los secretos de la construcción del Templo de Salomón (aproximadamente 960 años antes de Cristo) y que el sabio rey le había encargado hacerse cargo del diseño de las obras de decoración del templo que resguardaría el Arca de la Alianza, misma que contenía los pedazos de las tablas donde Dios escribió los diez mandamientos que entregó a Moisés, como bien sabemos. Hiram contaba con un equipo de 70.000 aprendices, 8.000 compañeros y 3.600 masones (maestros) para realizar sus trabajos, estos constructores cobraban su salario en tres distintos lugares, según su rango, y tenían que identificarse repitiendo una palabra secreta. Tres de los asistentes de Hiram Abif deseaban conocer los secretos y estaban convencidos que para tener accesos a estos necesitaban saber una palabra secreta por eso cuando lo tenían cerca le preguntaban insistentemente por ésta, al maestro Abif le resultaba muy extraño y les decía ¿por qué me siguen preguntando? Hiram acostumbraba detener sus labores para ir a orar justo a las doce, los tres trabajadores esperaron en las tres puertas del templo, cuando Hiram se aproximó a la puerta oeste el primer hombre se aproximó y le preguntó por el secreto, Hiram respondió que cuando el templo fuera terminado él diría la palabra secreta, en venganza el hombre acuchilló a Hiram en el cuello con una piedra filosa. Hiram escapó pero en la puerta sur el segundo hombre preguntó el secreto de nuevo, ya herido, Hiram se negó a responder y fue golpeado con una escuadra. Hiram se tambaleó hasta la puerta oeste, otra vez le preguntaron y él se volvió a reusar fue golpeado con un martillo y finalmente cayó herido de muerte. Cuando moría dijo llorando, quién ayudará al hijo de la viuda (frase que se convirtió en el lamento universal de los masones para pedir ayuda a sus hermanos masones).
Hiram Abif al reusarse a revelar su secreto a quien no lo merecía se convirtió en el mayor héroe de los masones. Para la masonería especulativa, misma que surgió en el siglo XVII, la leyenda es una alegoría de los riesgos que corre el hombre libre (con libertad de religión, libertad de movimiento, libertad de expresión, etc...) que construye siempre bajo el ataque de tres enemigos mayores: ignorancia, fanatismo y tiranía. La muerte de Hiram se recrea en algún rito masónico de iniciación, el diseño de las logias está relacionado con la descripción bíblica del templo de Salomón, los masones visten trajes de rituales que tienen símbolos con lazos con el templo de Salomón. Algunos detractores de la masonería, quienes afirman que esta encabeza una conspiración perversa contra el orden natural de las cosas y la religión, relacionan la leyenda de la muerte de Hiram Abif con el asesinato del Presidente norteamericano John F. Kennedy: “Kennedy fue tiroteado en la espalda, la cabeza, y la garganta, y ellas son las mismas heridas sufridas por el mítico Hiram Abiff de acuerdo con la leyenda y la iniciación Masónica” (tomado del capítulo diecinueve-La Diosa y el Rey- del libro “El Mayor Secreto” de David Ike. http://www.bibliotecapleyades.net/biggestsecret/biggestsecretbook/biggestsecretsp.htm#Índice).
Continuaré con este tema en el próximo número, también puede leerlo en www.tacosperiodisticosdejavier.blogspot.com .
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